Imagínate que para despejarte te vas a dar una vuelta en moto y la cosa se lía un poco, lo que pensabas que iba a ser una pausa de 20 minutos para desconectar se convierte en un viaje que dura más de 10 años. Esto es lo que pasó a Emilio Scotto, la persona que, a día de hoy ostenta el récord del viaje más largo del mundo.
Subido a una Honda Goldwing logró colarse en el libro Guinness de los Récords por llevar a cabo el viaje más largo de la historia. Partiendo desde Argentina (ciudad donde nació), el 14 de enero de 1985 y regresando a ella el 2 de abril de 1995. Decidió visitar todos los países del mundo con poco más de 300 dólares en su bolsillo, pero al llegar a Brasil le robaron todo lo que tenía, salvo la moto, así que tuvo que buscarse la vida para poder continuar con su aventura.
Consiguió llegar a duras penas a Estados Unidos, pero no fue hasta llegar a Europa donde realmente alcanzó la fama, pues tuvo un gran impacto mediático. En la prensa se publicaron todas sus hazañas y fotografías de sus aventuras.
Durante su gran viaje, se encontró con grandes obstáculos que hicieron que se plantease seriamente si merecía la pena todo lo que estaba haciendo. Uno de ellos fue la Malaria, de la cual se contagió cuando atravesaba el Congo. Enfermó tres veces de manera muy grave y fue secuestrado en Somalia de los que consiguió liberarse mostrando a sus secuestradores una foto con Maradona.
Tras cruzar África, su moto quedó destrozada por lo que al llegar a España realizó su primera revisión.
En 1992, cuando regresó a EEUU, decidió realizar una segunda vuelta al mundo alegando que había países que no llegó a visitar en la primera como por ejemplo el Caribe, China, Mongolia y Japón entre otros.